La realidad que nos embarga es sin duda una farsa.
Digo cosas que no son nuevas, ni soy el primero en decirlas... ya han habido otros antes que yo, y antes que cualquiera vivo, comentando sobre esto, y lo otro.
¿Debería hablar sobre política? ¿sobre el gran colombiano? ¿sobre rock al parque? bahh... todos esos temas y muchos más, como el de la Senadora Pingüina que está en su lecho, esperando una pronta solución destinada a su problema... están tan SATURADOS como las mayúsculas de los que se excusan en utilizarlas alegando -"Es que las mayúsculas no tienen tildes... blah blah blah... etc".
He estado pensando muchas cosas, de hecho esa es una de mis cualidades, pensar mucho, decir mucho o poco, da igual, dispersión, dispersión... el hecho es que diré cosas que para algunos serán graaandes descubrimientos o para otros simples palabrejas perdidas en el ocaso, de eso que ."te entra por un oído y te sale por el otro", en este caso se te mete por los ojos, o por el reflejo de la pantalla sobre los poros, al final, no te sale por ningún lado, simplemente. No entró.
Empezaré por lo que me impulsó a retomar mi blog después de un año y tantos meses, que a la tanta, ni importan. Hablar sobre...mucho y decir poco.
Pareciera ser que nosotros, los seres civilizados, enclaustrados en una sociedad del consumo, las apariencias y las sandeces de hacerle el mal al honorable público estamos cada día más y más que pasa... perdiendo el rumbo. Se preguntarán ¿cuál rumbo? algunos dirán -"el rumbo moral" otros dirán -"¡la sagrada famlia!" otros simplemente alegarán a decir cosas relacionadas con el ambiente, los animales o las causas a las que pocos paran bolas ciertamente.
Yo pienso que desde siempre hemos perdido el rumbo... el rumbo de ser nosotros mismos fuera de patrones heteronormativos y patriarcales, blah blah blah... además de poder relacionarnos directamente con todos los seres que nos rodean, de respetar el ambiente, de poder conversar con alguien sin aburrirnos o sin tener que irnos a los golpes, cosas elementales, no porque las impongan las costumbres clásicas de un sistema destinado al fracaso, sino porque implemente son necesarias para las relaciones con los demás.
"Aparte"Además pienso que el rumbo que cualquiera quiera tomar va directamente proporcional a lo que sienta en el corazón sin temor, rencor o remordimiento... simplemente hay que ser, no hacer. Es una contrariedad que esté hablando sobre esto, ya que reconozco me faltan montones de cojones para ser, pero si en algo le inspira, sea.
A veces cuando estoy por ahí, en ningún lado... desvío la mirada a cualquier parte y empiezo a buscarle formas a lo que sea que le ponga el ojo y me dejo llevar, en ese momento imagino cosas absolutamente oníricas y olvidables...
Finalmente ahora sí, voy a recomendar algo, cosas que son absolutamente insignificantes para usted, como un diente de león, que... seguramente ha sido meado por algún perro o borracho, tiene la capacidad de aguantar el chorro aplastante contra sus débiles cipselas (contradictoriamente, para el caso de los borrachos, esta planta se recomienda para resacas), pero decide, como acto natural dejarse llevar por la libertad momentánea del viento en sus frutos... otros dientes de león nacerán y usted ni lo sabrá, o pasarán cosas que ignorará siempre, pero esté seguro de una cosa, cosas increíbles pasan por debajo de las plantas de sus pies, despierte algún día para apreciarlas y retomar el rumbo al tener la cabeza agachada contra el suelo.
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